Cuando veo las primeras fresas y fresones en las fruterías siempre
tengo la sensación de que tenemos un pie ya metido en la primavera. Me encanta
su color rojo chillón y su aroma.
La fresa es una fruta muy rica en vitaminas (C,A,B,D,E,K), en folatos
(muy importante para la formación del ADN), y en minerales (en potasio, y muy poca
cantidad en sodio). Niveles bajos de folato están relacionados directamente con
defectos de nacimiento, por eso es muy importante que las embarazadas lo tomen
durante su gestación. Es hipocalórica (contiene muy poco azúcar, por lo cual es
muy aconsejable en dietas para adelgazar). Las personas diabéticas también
pueden tomarla. Tiene gran poder diurético, ayudándonos a eliminar líquidos de
nuestro organismo al tiempo que va depurándolo. Contiene igualmente mucha
fibra.
Para rebajar los niveles de colesterol en sangre nos puede ayudara el
consumo de fresas, ya que contiene ácido ascórbico y lecitina, lo que hace que
se regule. Las personas con hipertensión las pueden consumir, ya que contienen
muy poca sal.
Tiene también poder antiinflamatorio. Las hojas de la fresa tomadas en
infusión ayudan a paliar las infecciones gastrointestinales (diarrea, vómitos).
La vitamina C que contiene la fresa nos ayudará también a frenar el
“ataque” de los radicales libres que tanto afectan nuestra piel. Si queremos
mantener la piel joven y elástica, ya sabéis: a tomar todas las fresas que podáis.
Ahora un poco de historia: la fresa que conocemos en Europa vino desde
America a través de los colonos, que la trajeron en el siglo XIX. Se hicieron
cruces con una variedad chilena, consiguiéndose así un tipo de fresa más grande
y sabrosa, tal como la conocemos ahora.
En España donde se cultivan mayormente es en la provincia de Huelva.
También en Barcelona (en el Maresme), Valencia y Extremadura. Otro país europeo
productor de esta fruta es Italia. Estados Unidos e Israel también la cultivan.
La mejor época para consumir fresas y fresones va desde la primavera
hasta más o menos principios de verano. A la hora de guardarlas hay que tener
algunos cuidados: meterlas en el frigorífico, esparcidas en una bandeja y nunca
amontonadas unas con otras, ya que contribuimos a su deterioro. Es un alimento
delicado que se estropea con suma facilidad. Hay que lavarlas justo antes de
consumirlas, nunca cuando las guardemos.
La fresa se utiliza mucho en repostería (tartas, confituras,
mermeladas, helados, batidos…), haciéndose imprescindible en todas las pastelerías.
Las clásicas “fresas con nata” todos las hemos probado alguna vez. Mezcladas con
yogur natural y azúcar también son un postre rico y sano que podemos tomar de
forma frecuente. O simplemente al natural, sin añadir nada más.
El otro día leí que se hacen “mojitos” con fresas……si algún día puedo
probar alguno ya os explicaré que tal sabe.
Olvidaba decir que una ración de fresas (8 unidades), aporta tanta
vitamina C como una naranja……¡¡Para mi perfecto!! Las naranjas no me gustan
mucho y consumo pocas.
Y para las que tengáis piel grasa, una mascarilla de fresas os puede
ayudar. Mezclando las fresas con miel, o con yogur y avena, o yogur y plátano,
y poniéndoos sobre el rostro una de estas mezclas durante 15 minutos, lograreis
un cutis mas luminoso, ya que tiene efecto astringente. Al menos eso dice un
artículo que he leído sobre el tema.
Si es que la fresa vale para casi todo!!!!!.
Espero que os sirvan estos consejos. He aprendido cosas que ni
imaginaba preparando este post, ya que me he documentado previamente leyendo
información y me sorprende la cantidad de beneficios que tiene una fruta tan
pequeña.
Bueno, pues hasta aquí llegamos hoy. Espero que os guste y que disfrutéis
de las fresas a partir de ya.
Hasta un próximo post !!!!.
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