Foto extraída de Internet
Hay ciudades que te causan gran
impacto cuando las ves por primera vez, cuando caminas por ellas y te impregnas
de su ambiente, y el recuerdo de haber estado allí te acompaña siempre. Eso es
lo que me sucede con Estambul. Cuando veo las fotos que tengo en casa o algún
reportaje que pasan por televisión, me es imposible no recordar mi viaje.
Tuve ocasión de ir a Turquía en
el verano de 1993…..¡¡¡veinte años ya!!. Un viaje al que me apunté a última
hora, ya que no tenía previsto ese destino aquel año. Pero la suerte había jugado a mi favor y me tenía
preparado el poder conocer una ciudad increíble e inolvidable. Estambul, Ankara
y Capadocia fue el recorrido que hicimos mis amigas y yo, un tour de unos 10 días
de duración. Todo en Turquía causa impresión, todo es bonito y todo muy
diferente a nuestro país. Pero de las ciudades que visitamos, sin duda alguna,
para mi la mejor de todas es Estambul.
De nuestra llegada a la ciudad
recuerdo su aeropuerto algo “desastre”, mal organizado, caótico. Todo aquello
nos parecía extraño, nada comparable con Barcelona, lógicamente.
Actualmente Estambul es ya una
ciudad muy “europeizada”. Recordemos que presentaron una candidatura olímpica
hace algunos años. Sin éxito, ya que me temo que todavía necesita crecer mucho más
para poder albergar unos juegos olímpicos. Todo se andará……
Nuestro Hotel estaba céntrico, y
llegamos por la tarde, así que lo primero que hicimos fue dar un paseo por los
alrededores. El ambiente árabe se notaba por todas partes, y la llamada desde los
altavoces de las mezquitas a los fieles para la oración es quizás el primer
sonido que asocio siempre con este viaje.
Como turistas que éramos, y
bastante jóvenes, hicimos el recorrido típico que te enseñan en todos los
libros, y que seria el siguiente:
Palacio Dolmabache, impresionante
y majestuoso como pocos. Para poder visitarlo nos obligaron a utilizar unas
polainas que cubrían nuestro calzado. Después entendimos porque las alfombras
estaban tan limpias…… Todo el recinto es realmente bonito, y su ubicación junto
al Bósforo le da un aire muy particular:
Palacio Topkapi: Otra maravilla
digna de ver. Recuerdo perfectamente el famoso puñal que se exhibe (una
película de la seria James Bond se titula precisamente como el nombre de este
palacio. El guión creo que habla del robo de este puñal). Protegido dentro de
una urna de cristal y controlado por varios agentes, era digno de ver, ya que
parecía todo un espectáculo. La parte del Topkapi que se denomina “Harén”
también es preciosa, con mosaicos en las paredes llenos de colorido.
La Cisterna Basílica:
Impresionante, grandiosa, espectacular. No os podéis perder esta visita si vais
a Estambul. El ambiente oscuro y frío hace imposible del todo olvidar esta
cisterna. Hay que ponerse una chaqueta para estar alli…... Las enormes cabezas
talladas en piedra que se pueden observar causan autentica impresión. Como si
de repente salieras de Estambul y te metieran en otro mundo.
Santa Sofía: Enorme mezquita,
pero quizás la que menos me gustó. Me esperaba mucho más, y la encontré algo triste
de colorido, muy oscura ya que no tenía mucha iluminación. Aun así, creo que
tampoco hay que perdérsela.
Mezquita de Suleiman: Otra
grandiosa mezquita. Preciosa por fuera y por dentro. Y parecida a la Mezquita
Azul.
Paseo en barco por el Bósforo: Lo
hicimos por la mañana la mañana y bajamos al final del trayecto, donde comimos
muy buen pescado en uno de los restaurantes que allí había. Tampoco hay que
perderse este paseo. Pintoresco es lo menos que se puede decir.
Pequeñas mezquitas por toda la
ciudad: aunque muy pocas de ellas figuran en los libros-guía, creo que merece
la pena entrar en todas las que se pueda y ver lo que allí hay. Algunas pueden
sorprender gratamente. Tienen un ambiente especial.
No hace falta decir que para
entrar en todas las mezquitas las mujeres debemos cubrirnos la cabeza con un
pañuelo. Si os habéis olvidado de meterlo en vuestra maleta, no os preocupéis.
Los venden por todas partes. Igualmente hay que decir que no te dejan entrar a
las mezquitas si llevas pantalón corto y camiseta sin mangas. Es mejor ir un poco
tapado, ya que si no es así, te obligan a ponerte una especie de chilaba (en
algunas te daban un mantón), que a saber por cuantos cuerpos ha pasado antes de
tapar el tuyo. También hay que descalzarse (y dejar los zapatos fuera, donde
hay unas estanterías para ponerlos, y que están vigiladas por unos guardianes
que se supone controlan que no haya hurtos), para poder entrar. Por precaución es mejor
llevar un par de calcetines en el bolso y ponérselos, ya que a saber cuantos
“pies” han pisado aquellas alfombras que visten los suelos…… Mas vale prevenir.
El Gran Bazar: Pues ya el nombre
lo indica. Un bazar de enorme extensión donde se puede comprar prácticamente de
todo: joyas, ropa, decoración, cerámicas, alfombras….. En algunas de las
tiendas se podía regatear, y en otras no. Todo un espectáculo de color y
ambiente. Los lectores de “La pasión turca” recordaran que la protagonista “Desideria”
se enamoraba de “Yammam”, que tenía una tienda de alfombras en este bazar,
además de otro tipo de negocios…... Una de mis novelas favorita. Sin embargo de
la película no puedo decir lo mismo, no me parece una buena adaptación.
Bazar de las Especies: un bazar
donde comprar especies de cualquier tipo. No recuerdo ahora mucho de este lugar, pero si recuerdo el olor fortísimo que salía de él. Otro de los sitios que no deben dejarse de ver.
Fumadero Ali Pacha: Un lugar
donde la gente se reúne para charlar y fumar una de esas enormes pipas
(cachimbas), que tanto nos llaman la atención a los europeos. Dentro del
recinto hay tiendas donde comprar tapices, alfombras, pastas…… No se si todavía
existe este lugar, pero sin duda fue de las cosas que mas me gustó de la
ciudad. El ambiente lleno de turistas, todos muy jóvenes y fumando, le daba un
aspecto gracioso digno de ver.
Torre Galata y Puente Galata: dos
de los símbolos de Estambul sin duda son esta Torre y este Puente. La torre
forma parte del “decorado” de la ciudad. Desde su cima se pueden ver unas
vistas espectaculares de la ciudad. Y ahora mismo creo recordar que no llegamos a
subir. En el Puente siempre hay pescadores. Este puente también es emblemático
en esta ciudad, prácticamente se divisa por todas partes.
Taksim: Sin duda la parte que, al
menos en aquel momento, era lo más moderno de la ciudad. Grandes tiendas de
moda, gente vestida al estilo europeo y un ambiente muy poco “turco”. Salimos
una noche a cenar por allí y fuimos también a un Bar donde había actuaciones en
directo. Nos gustó mucho.
De los turcos he de decir que nos
atendieron bien en todas partes, salvo algunas excepciones (como suele suceder siempre). Pero en general el trato recibido fue correcto y amable.
Para desplazarnos por la ciudad
utilizábamos el tranvía y algún taxi, eso lo recuerdo bien.
La comida en general no me gustó
mucho, ya que casi todo lo que lleva especies me resulta desagradable y de
difícil digestión. El famoso yogur, que ellos lo servían con hierbas mezcladas,
tampoco me pareció tan fabuloso como nos lo habían pintado. El té de manzana,
típico del país y que se suele tomar después de las comidas, se convirtió en
nuestra bebida oficial del viaje, incluso compramos un poco para traerlo a
España. Este té se sirve en unos vasitos pequeños que van con un plato pintado
a mano, que nos llamó mucho la atención. Tampoco debéis perdéroslo si vais de
visita a Estambul. Si los vasitos y platos os gustan podréis comprarlos sin
dificultad, los venden en muchos sitios. Yo me traje a casa varios.
El licor que ellos llaman “Raky”,
muy popular, es algo así como un
anís…..no me pareció ninguna maravilla, la verdad. Ellos lo consideran una
insignia del país, así que había que probarlo.
A Estambul quiero volver, siempre
he querido volver, y sobre todo ahora que siempre me comentan los conocidos
cuando regresan que ha cambiado mucho. Y yo os recomiendo no perdérosla si el
destino, tal como hizo conmigo, os da la oportunidad de disfrutar de ella.
He intentado recordar de la mejor forma posible mi viaje. Aunque han pasado veinte años, Estambul
sigue estando siempre en mi memoria.
Hasta un próximo post!.
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